Dicho y hecho. Cogí unas cuantas de las cuales seleccioné tres, las puse en un panel, cada una de un tono para hacer una composición...y allá voy.
Lo voy a hacer a la nogalina, hay dos formas de prepararla; una y la más sencilla es comprarla ya en polvo, mezclarla con agua tres o cuatro cucharadas en un litro de agua caliente, removerla muy bien y ya está. Yo la pongo al baño maría y le echo seis o siete cucharadas o mas y la dejo, sin parar de moverla, unos cinco minutos o mas, así no quedan posos. Si está muy oscura le añado un poco de agua para conseguir distintos tonos teniendo en cuenta que voy a pintar un cuadro, no un mueble que tendría que estar uniforme.
Otra forma de preparar la nogalina es al natural. Se cogen varias nueces cuando están verdes, se pelan y lo verde es la nogalina, se tiene que secar muy bien, después se tuesta y se tritura hasta que quede hecha polvo. Yo algunas veces le añado un poco de pigmento de algún color, en este caso lo haré cuando esté pintando ya en frío.
Lo voy a iluminar desde arriba con una luz un poco cálida para que no tenga mucho contraste con las hojas... Y a empezar.
Este es el modelo
Como la nogalina es al agua es muy transparente, hay que tener mucho cuidado con el lápiz si no se quiere que se vea. Yo lo voy a dibujar con un rotulador de color sanguina, así tendré las aristas y puntas ya quemadas, me ahorraré trabajo.
El próximo día continuaré pintando y mostraré el resultado final.